Francisco Villanueva Esteve (1857-1915)

 

En esta ocasión se presentan los datos que poseemos de un médico que no llegó a ser especial protagonista de su época por sus hallazgos o por su obra escrita. Constituye un ejemplo de otros muchos cuyos intereses no estaban en la docencia ni en la investigación sino en el ejercicio de su profesión y de los que apenas hay huella en los libros de historia. De Villanueva se puede destacar que llegó a realizar el doctorado, que fue miembro de la Real Academia de Medicina de Valencia y que desarrolló mucha actividad en el Instituto Médico Valenciano así como en el Cuerpo de Sanidad Municipal. Aparte de esto, el hecho de que un desgraciado acontecimiento lo llevó a la muerte. Desde hace unos años el tema de las agresiones a los médicos se ha convertido en un tema central en el terreno de la profesión. Salvando las distancias y los contextos, quizás podría considerarse este caso como uno de los primeros de gravedad que sucedió en Valencia y que en su época llegó a impactar a toda la sociedad valenciana.

Francisco Villanueva nació en Valencia el 17 de septiembre de 1857 [1]. Su padre Pedro Villanueva, nacido en Casas de Ves (Albacete), era sastre. Su madre, natural de Valencia, se llamaba Carmen Esteve.

Obtuvo el grado de bachiller el 25 de junio de 1873 con la calificación de aprobado.  Comenzó los estudios de Medicina en la Facultad de Valencia en el curso 1873-74. Estas fueron sus calificaciones [2]:

Curso 1873-74
Ampliación de Física: Aprobado (Premio)
Química general: Aprobado
Zoología: Aprobado
Mineralogía y Botánica: Aprobado

Curso 1874-75
Anatomía 1: Sobresaliente (Premio)
Disección: Sobresaliente (Premio)

Curso 1875-76
Anatomía 2: Sobresaliente (Premio)
Disección 2: Sobresaliente (Premio)
Fisiología: Notable
Higiene privada: Sobresaliente

Curso 1876-77
Patología general: Notable
Terapéutica: Aprobado

Curso 1877-78
Patología quirúrgica: Notable
Anatomía quirúrgica: Sobresaliente (Premio)
Patología médica: Sobresaliente (Premio)
Obstetricia: Notable
Clínica médica 1: Notable
Clínica quirúrgica 1: Notable

Curso 1878-79
Clínica médica 2: Sobresaliente (Premio)
Clínica quirúrgica 2: Sobresaliente (Premio)
Clínica obstétrica: Sobresaliente (Premio)
Higiene pública: Notable
Medicina legal: Sobresaliente

Realizados los ejercicios de la licenciatura el 25 de junio de 1879, obtuvo la calificación de sobresaliente, y por oposición, el premio extraordinario.

 

Francisco Villanueva Esteve

 

El buen hacer de los que trabajaron durante la "etapa intermedia" en Valencia, facilitó que a lo largo de la Restauración se elevara la actividad científica valenciana, periodoque se suele conocer como "edad de plata". El claustro de la Facultad estaba compuesto entonces por un buen número de profesores que podrían considerarse como seguidores de la llamada "medicina de laboratorio".

Villanueva comenzó a estudiar Medicina en el inicio de esta importante etapa. Debió tener como profesor de química a una de las figuras más importantes de esa época, José Monserrat y Riutort (1814-1881). De anatomía a Francisco Navarro Rodrigo (1835-1882) y a Peregrín Casanova (1849-1919), introductor de la morfología basada en el evolucionismo darwinista. En cuanto a las "médicas" a José Crous Casellas (1846-1887) y Julio Magraner Marinas (1841-1905), y en las "quirúrgicas" a  Enrique Ferrer Viñerta (1830-1891), Nicolás Ferrer Julve (1839-1901) y José M. Machi Burguete (1848-1918). La obstetricia y las enfermedades de la mujer dependían en ese momento de Francisco de Paula Campa (1838-1892). La Medicina legal, de Francisco Orts y Orts(1844-?), y la Higiene, de Constantino Gómez Reig (1846-1931). Mucho menos relieve tuvieron José Ortolá Gomis como profesor de fisiología y Agustín Morte Gómez, de patología general y anatomía patológica [3].

Para pagarse los estudios y ayudar económicamente a su familia tuvo una academia y trabajó como auxiliar de secretaría en la Facultad [4]. Otro hecho destacable es que el 4 de febrero de 1877, en los salones de la Sociedad Económica de Amigos del País, se constituía la Sociedad Escolar Médica, algo que otras universidades habían hecho con anterioridad. Francisco Navarro, entonces catedrático de anatomía de la Facultad y decano de la misma, fue uno de los que la estimuló y ocupó la presidencia honorífica en su primera junta de gobierno. El presidente efectivo fue el estudiante Francisco Villanueva Esteve al que acompañaban un vicepresidente, un secretario, un vicesecretario, un contador y un tesorero-bibliotecario [5].

Finalizada la licenciatura, el curso siguiente (1879-80) realizó en Madrid el doctorado [6], en el que obtuvo la calificación de sobresaliente. Su situación económica no le permitió hacer carrera académica, por lo que puso una consulta privada que atrajo pronto a numerosa clientela.

Cuando se constituyó el Cuerpo Municipal de Sanidad concurrió a las primeras oposiciones que se realizaron. Obtuvo el número dos. Llegó a ser subinspector de sanidad y subdelegado de medicina del distrito del Mercado. Dentro del Cuerpo de Sanidad, en 1894 se creó la Sección de Estadísticas. Según el Reglamento, entre sus funciones estaba la de elaborar las estadísticas demográfico-sanitarias y de "cuanto concierne a la investigación de las causas productoras de morbilidad". Debía elaborar resúmenes mensuales, trimestrales y anuales de la estadística general de los distritos, de las casas de socorro, de las inspecciones higiénicas, de los trabajos de laboratorio microbiológico y de la desinfección. El Ayuntamiento no pudo costear un boletín mensual hasta 1905 (Boletín Sanitario Municipal de Valencia, 1905-1913). Mientras tanto se publicó en las revistas médicas valencianas: la sección "Higiene municipal" en La Crónica Médica a partir de 1886; "Estadística demográfico-sanitaria" en la misma revista a partir de 1891; "Cuerpo Municipal de Sanidad de Valencia. Resumen de los servicios prestados" y "Revista de Bacteriología" a partir de 1904 en La Medicina Valenciana. Siguió después, como se ha dicho, en el Boletín Sanitario Municipal hasta 1913 y el Boletín Municipal de Estadística hasta 1922 [7].

En la Academia de Medicina de Valencia
Villanueva fue elegido miembro de la Real Academia de Medicina de Valencia en la sesión de 5 de julio de 1887 en la que también lo fueron Adolfo Gil y Morte, Pablo Colvée Roura, Vicente Gosalvez Silvestre y Pascual Garín Salvador. Presentó su discurso de entrada el 28 de octubre del mismo año que quedó admitido el 28 de noviembre. Se designó a Constantino Gómez Reig para contestarle. Fue recibido finalmente como académico el 11 de marzo de 1888. El título de su discurso fue "Modificación del temperamento linfático y medios prácticos de conseguirlo" [8].


Fue designado para formar parte de la sección de Higiene, Farmacología y Farmacia y de la comisión de Geografía médica y Epidemiología. En 1903 y 1904 fue secretario de la primera de ellas. Fue elegido vicesecretario para los años 1891 y 1892 y reelegido hasta 1896. Formó parte de la Junta provincial de Sanidad como vocal en representación de la Academia.
A Villanueva se le encargó el discurso inaugural de 1900 en el que habló de la "Algunas consideraciones acerca de la mortalidad que causa en Valencia la debilidad congénita de los recién nacidos". No se imprimió aunque Faustino Barberá publicó un resumen en su Revista Valenciana de Ciencias Médicas. En el mismo dijo:

"... voy a tratar de esos seres, que unas veces en punto o término, solos o en compañía, y otras por lesiones orgánicas de la madre, alteraciones distróficas o constitucionales de los padres, ya por alteraciones en la evolución de los anexos, implantación viciosa de la placenta, hidramnios, alteraciones del cordón, etcétera, etc., y otras veces por parto prematuro, ora se realice espontáneamente, ora sea et arte, quien por vías naturales o artificiales lo complete, vienen al mundo sin notable defecto orgánico y sí solo con falta de desarrollo o debilidad congénita.

La observación y la estadística demuestran que en nuestra ciudad pasan de 400 anuales los que indefectiblemente mueren con muy raras excepciones.

Hállanse estos seres, en especial los nacidos por parto prematuro, en condiciones tales, que los agentes exteriores o el medio exterior ordinario, les han de aniquilar pronto. Su organismo, que recibe el calor y la nutrición durante la vida intrauterina sin necesidad de trabajo alguno, encuéntrase de pronto sin energías suficientes para proporcionarse el calor y la nutrición que le prestaba la madre sin condiciones para luchar contra los agentes exteriores, ávidos siempre de descomponer, dividir y cambiar la  forma de las organizaciones superiores y sin aptitudes completas para apropiarse, digerir ni absorber alimentos y con funciones nuevas en órganos incompletos y hasta entonces tranquilos, habiendo de adquirir el oxígeno necesario cuando su circulación pulmonar es imperfecta, los alveolos están aplastados... ¿qué extraño sucumban pronto tan delicados organismos ante la sagacidad  de los agentes que les rodean y den su tributo a la muerte cuando apenas acaban de saludar al mundo con un quejido? ¿Qué debe hacerse ante estos frágiles seres? ¿Qué debe hacerse en Valencia, donde sucumben tantos niños en estas condiciones?

Lo que se hace en los pueblos que marchan al frente del progreso; lo que se hace en las buenas maternidades; lo que prescribe la ciencia y exige la humanidad, la filantropía, el altruismo, la caridad en una palabra" [9].

Luego aborda toda una serie de recomendaciones y habla de las incubadoras, de sus características y de cómo debe alimentarse a estos recién nacidos. De esta forma –dice– se podría salvar al 75 por ciento de esos 400 niños que mueren en Valencia todos los años.

El 12 de diciembre de 1908 fue elegido secretario perpetuo de la Academia; tomó posesión el 2 de enero de 1909.


En el Instituto Médico Valenciano
En 1884 ingresó en el Instituto Médico Valenciano donde llegó a desarrollar importantes tareas y ocupar diversos cargos. En el bienio 1885-86 desempeñó el de vicecontador y en 1895 el de vocal de la Comisión de Cuentas, Vacunación y de la de Presupuestos [10]. Según Pertegás fue elegido presidente de la Sección de Medicina Pública en 1887.

También formó parte de la junta directiva del Instituto recién aprobados los nuevos estatutos en 1899 como presidente de la Sección de Higiene y Epidemiología a la cual pertenecía como vocal desde 1885. Fue reelegido en diciembre de 1900 para otro periodo de dos años, 1901 y 1902; continuó hasta 1903. Fue vicepresidente del Instituto entre 1905 y 1907. En 1909 y 1910 ocupó la presidencia de la Sección de Medicina. Por dimisión de José Chabás fue elegido para dirigir nuevamente la Sección de Higiene y Epidemiología para el periodo 1912 y 1913 [11].

Entre otros asuntos, Villanueva participó en la comisión que determinó en 1887 la integración de los estudios biológicos en la Sección de Historia y Filosofía médicas. En varias ocasiones formó parte de las comisiones que redactaron las bases de los premios y en las que los valoraron. Fue uno de los que instigó el estudio de la lepra en la región valenciana en 1887 desde la Sección de Medicina pública. En 1889, cuando la alcaldía de Valencia solicitó que el Instituto designara un representante para reforzar la Junta Municipal de Sanidad, lo nombró a él.

En la celebración del quincuagésimo aniversario de la fundación del Instituto (1893) fue elegido para leer el discurso, que trató el tema de la "Influencia moralizadora de la higiene" [12]. En éste señaló, como dice Rodrigo Pertegás,

"...que si el médico estudia al individuo en su organización, en sus funciones y sus alteraciones, es el médico también el que en mejores condiciones se encuentra para conocer la fisiología social y los males de las colectividades, y que si se trata de combatir estos males en el individuo, le ha de ser más fácil prevenir  y combatir las dolencias sociales, contribuyendo al progreso material y moral de los pueblos" [13].

Explicó cómo los estados habían comprendido la necesidad de las prácticas higiénicas para el bienestar y la felicidad públicas. Los pueblos han sido tanto más grandes cuanto mejor han cumplido los preceptos higiénicos. Las naciones más adelantadas son asimismo las que más importancia conceden a la higiene.

Su desgraciado fallecimiento
Las Provincias del día 11 de febrero de 1915 incluía la siguiente noticia [14]: "Sensacional suceso. Atentado y suicidio". Comienza de la siguiente forma:

"Ayer se desarrolló en nuestra ciudad un sensacional suceso. Por la categoría de las personas que en él intervinieron, circuló la noticia con extraordinaria rapidez, haciéndose sobre ella muchos comentarios".

Cuenta después que a principios de febrero enfermó de pulmonía un tal Sr. Ricardo Beut Benlloch de 34 años que residía en la continuación de la calle Félix Pizcueta, nº4-3º con su esposa, dos hijos de corta edad y su padre. Llamaron al doctor Villanueva para que lo atendiera. Diagnosticado y con tratamiento, el paciente no estaba satisfecho y volvieron a llamarle. Cuando entró, el enfermo efectuó tres disparos, uno de los cuales alcanzó al médico que se desplomó herido al suelo. La bala penetró por la parte anterior izquierda del abdomen y salió por la región lumbar. La mujer, intuyendo lo que podía pasar, intentó quitarle sin éxito a su marido, antes de la visita de Villanueva, el revólver que guardaba en la mesilla de noche. Casi de inmediato Beut se disparaba en la sien entrando en agonía a las 9,15 horas. Murió a las cuatro de la tarde.

Villanueva dijo que le trasladaran a la casa de socorro de Glorieta donde fue atendido en principio por su director Pablo Tomás Barrachina, al que se sumaron Vicente Beneyto y Vicente Carsí. Acudieron al lugar los hermanos Enrique y Emilio López Sancho, Vicente Navarro, Francisco Brugada, José Picazo, Modesto Cogollos, Ramón Gómez Ferrer y algunos otros, así como el alcalde de la ciudad Francisco Maestre.

Villanueva comentó con algunos que fueron a verle que la esposa del Sr. Beut le había preguntado el día anterior si su marido padecía efectivamente una pulmonía. Le contestó que no tenía ninguna duda, pero que podían consultar a otros médicos.

Con el fin de intervenirle quirúrgicamente fue trasladado a la Clínica de la Salud. Le operaron Vicente Navarro y Modesto Cogollos quienes confirmaron que tenía afectado el colon como había comprobado por laparoscopia López Sancho.
La noticia informa de que la intervención había ido bien y que el paciente se encontraba estable. El día 12 de febrero, en el mismo diario, apareció la siguiente nota: "Estado del Dr. Villanueva". En la misma se cuenta que pasó la noche tranquilo, con ligera reacción febril, acompañado por buena parte de sus colegas. Los médicos han señalado que si en 48 horas no se manifiesta una peritonitis, el pronóstico es bueno [15]. En el diario del día siguiente se dice brevemente que Villanueva continuaba estable [16].

Finalmente, en la portada de Las Provincias del día 14 aparece ya la noticia "Fallecimiento del Dr. Villanueva" [17]. Había muerto a las siete y media de la tarde del sábado 13. De madrugada presentaba vómitos, fiebre alta y taquicardia. Le atendió Vicente Carsí quien comunicó que se había declarado la peritonitis y que no había remedio. Antes de morir fue trasladado a su casa de la calle de la Paz. Se recuerdan después algunas características del carácter de Villanueva y algunos aspectos de su biografía.

Por último, la noticia del "Entierro del Dr. Villanueva" apareció en el diario el día 15 de febrero [18]. En la misma se informa con detalle cómo se desarrolló y quienes acudieron: representantes del Ayuntamiento, Universidad, Real Academia de Medicina, Cuerpo municipal de Sanidad, etc. y muchos compañeros médicos y farmacéuticos. La comitiva partió de la calle de la Paz 44, siguió por la plaza de la Reina, calle de San Vicente, Bajada de San Francisco, plaza de Emilio Castelar, calle de la Sangre y plaza de San Agustín. "Por las calles del tránsito había un gentío inmenso, y costaba verdaderos esfuerzos a los agentes de la autoridad, abrir paso a la comitiva".

 

Entierro de Francisco Villanueva

Manifestación de duelo con motivo del entierro de Francisco Villanueva. Mundo Gráfico, 24 de febrero de 1915, p. 29


El republicano Pueblo insertó también en portada la noticia "Crimen y suicidio. El suceso de ayer". Prácticamente viene a decir lo mismo que Las Provincias. Respecto a la evolución de la enfermedad de Beut die:

"La enfermedad siguió su curso. No mejoraba el Sr. Beut. La fiebre producíale perturbaciones, ideas delirantes. No se concibe el hecho de otro modo. Entre el Sr. Beut y el doctor Villanueva no había resentimiento alguno. No es verosímil pensar que un enfermo llame a un médico que odia. Por otra parte, el Sr. Villanueva es de un carácter bonísimo. Se le quiere sinceramente apenas se le trata. Es un hombre de ciencia inteligente, de muy nobles prendas sociales. No nos explicamos la tragedia que se desarrolló ayer en la habitación del enfermo más que atribuyéndolo a un acceso de locura"[19].

Más adelante se dice que el paciente había tenido alguna conversación con su esposa sobre que Villanueva se había equivocado y que lo mataría y después se suicidaría. También se señala que ante estas manifestaciones su mujer intentó quitarle el revólver que se encontraba en la mesilla de noche.

Pueblo del día siguiente informó de nuevo de "La agresión al doctor Villanueva":

"Ayer no se habló de otra cosa en nuestra ciudad que de la agresión de que ha sido víctima el distinguido médico D. Francisco Villanueva" [20].

Se informa de que pasó buena noche y de que al día siguiente hizo llamar a un notario para hacer testamento. También se da noticia de todas las visitas que recibió y de las personas que pasaron por la Casa de Salud interesándose por él.

El 13 de febrero el mismo diario daba noticia de un agravamiento del estado de Villanueva [21] y el día 14 la de su fallecimiento [22] "circulando por Valencia... con la celeridad del rayo y produciendo dolorosísima impresión". Comenta después su personalidad bondadosa y altruista a la vez que desgrana algún detalle de su biografía:

"Ha muerto un mártir de la ciencia, a mano airada y por el enfermo a quien asistía solícitamente, que en un momento de febril excitación privó a una familia dichosa y honrada del jefe, querido con todas las ternuras a que era acreedor, y a la Humanidad de un varón virtuoso, recto y sabio".

Por último, igual que sucedió con Las Provincias, Pueblo daba cuenta de los detalles del entierro de Villanueva en la sección "Ecos" [23]. El Ayuntamiento, por acuerdo de sus concejales, le rindió honores de concejal. El féretro fue conducido a hombros por las brigadas sanitarias.

Cuando Villanueva murió estaba casado con Dolores Moreno y tenían una hija, María de los Dolores. Con anterioridad habían perdido a otro hijo que nació prematuramente. Poco más se puede decir de su fallecimiento, sólo que, como señalaron sus colegas en los discursos del día del homenaje, poco opinó del incidente: "se trataba de un neurasténico y a él le tocó la china".

El hecho de la muerte de Villanueva trascendió las fronteras de Valencia. Tanto la prensa profesional, el Monitor Sanitario, por ejemplo, como la cotidiana (el Heraldo de Madrid, La Correspondencia de España, El Día de Madrid, El Siglo futuro, El Liberal, El Imparcial y Mundo gráfico) se hizo eco de la noticia [24].

Un homenaje de las instituciones médicas valencianas
La Academia de Medicina organizó una sesión necrológica a la que invitaron a participar también al Instituto Médico Valenciano, Cuerpo de Sanidad Municipal y Universidad. Tuvo lugar el domingo día 6 de junio de 1915. Presidió Adolfo Gil y Morte.

En representación de la Academia habló su secretario Agustín Trigo Mezquita, quien trazó una biografía del homenajeado. Para concluir su discurso, después de lamentarse del desarrollo de la primera guerra mundial, dijo sobre Villanueva:
“Sírvanos de ejemplo a todos por su sencillez, por su criterio tolerante, por su afán de saber, por su amor al trabajo, por sus virtudes, que han dejado entre nosotros una estela luminosa de gratos recuerdos, que la Academia, temerosa de que se borre en la noche de los tiempos, como la de las estrellas fugaces en la noche estrellada, le ha esculpido en ese mármol que perpetuará su recuerdo, llevando a las generaciones venideras el nombre de un mártir y el testimonio de la admiración de los que nos honramos llamándonos sus amigos” [25].

 

Francisco Villanueva. Homenaje


En la del Instituto Médico lo hizo José Rodrigo Pertegás, quien se centró, sobre todo, en su actividad en la Corporación. Al final de su intervención señaló que “La labor científica del doctor Villanueva es tan grande como su simpática figura médico-social, agrandada todavía por sus virtudes cívicas y sobre todo por su trágica y heroica muerte” [26].

En representación del Cuerpo de Sanidad Municipal habló Vicente Carsí Martínez quien señaló que “…el Dr. Villanueva ha caído víctima de una agresión tan inesperada como injusta, ha sido un verdadero mártir del ejercicio de nuestra profesión, y por eso en este momento no debemos limitarnos solamente a honrar su memoria tributándole elogios por sus condiciones de hombre social y de médico activo y competente, que tiene muy merecidos, no, sino que, además, ¿por qué no decirlo? El solemne acto que estamos celebrando tiene también otra finalidad: la de protestar viva y dignamente ante la sociedad en general del inícuo atentado que lamentamos” [27]. Señaló después que en su trato social era amable, benévolo y conciliador, y que tenía soluciones para todos los conflictos, fueran estos de carácter oficial o particulares. Destacó su capacidad de lucha que, nacido en una familia modesta, le ayudó a elevarse progresivamente y conseguir el respeto y consideración de toda la sociedad. Recordó que no profirió una frase de reproche y acusación para su agresor y que se limitó a decir que se trataba de un neurasténico y que a él “le había tocado la china”. Finalmente agradeció al Ayuntamiento por las atenciones concedidas tanto durante el tratamiento de la herida como en lo referente al entierro por haber considerado a Villanueva como concejal [28].

En nombre de la Universidad intervino brevemente Rafael Rodríguez de Cepeda. Después lo hizo el alcalde accidental Dr. Sanchís Pertegás y finalmente Adolfo Gil y Morte, quien encareció al mencionado Dr. Sanchís, que tuvieran las casas de socorro bien equipadas con el material e instrumental necesarios para que pudieran cumplir sus fines [29].

Se inauguró después una lápida de mármol en la que se podía leer “Al Académico / Francisco Villanueva Esteve / Mártir de la profesión médica / la Real Academia de Medicina de Valencia / tributa este recuerdo / Año 1915”.

José L. Fresquet Febrer. Universitat de València. Julio, 2017.

 

Bibliografía

–Barberá Martí, F. (1915). Homenaje póstumo al Dr. Francisco Villanueva Esteve. Revista Valenciana de Ciencias Médicas, vol. 17, pp. 161-173.

–Carsí, V. (1915). El Dr. D. Francisco Villanueva Esteve. Necrológica. La Medicina Valenciana, vol. 15, pp. 40-44.

–Crimen (El) de un enfermo. Horrible suceso (1915). El Día de Madrid, 13 de febrero, p. 3.

–De Provincias. El entierro del médico… (1915). El Siglo futuro, 15 de febrero, p. 4.

–Fresquet Febrer, J.L. (2017). El Instituto Médico Valenciano (1898-1930). De la catástrofe del 98 a la segunda República. Valencia, Universitat de València-Instituto Médico Valenciano.

–López Piñero, J.M. (2002). La Facultad de Medicina de Valencia (1502-2002). Breve historia de medio milenio. Valencia: Facultat de Medicina i Odontologia, Universitat de València.

–Navarro Pérez, J. (1996). La organización de los servicios de higiene municipal en Valencia (1881-1931). En: Barona, J.L.; Micó, J. (eds.). Salut i malaltia en el municipis valencians. València, Seminari d'Estudis sobre Ciència, pp. 167-182.

–Ortega Morejón, L. (1915). D. Francisco Villanueva Esteve. El Monitor Sanitario. Revista mensual ilustrada de Higiene y Sanidad, marzo, pp. 113-116.

–Perales Birlanga, G. (2009). Católicos y liberales. El movimiento estudiantil en la Universidad de Valencia (1875-1939). Valencia: Publicacions de la Universitat de València.

–Sección necrológica. En provincias (1915). El Imparcial, 16 de febrero, p. 5.

–Tragedia en Valencia. Un enfermo hiere al médico. Por telégrafo. Dispara contra su médico y contra sí. Los dos quedan gravísimos… Muerte del enfermo. Pormenores de la tragedia. Estado del médico (1915). Heraldo de Madrid, 15 de febrero, p. 1.

–Tres tiros contra el médico. Luego se suicida (1915). La Correspondencia de España, 11 de febrero, p. 7.

–Un enfermo contra su médico (1915). El Liberal, 11 de febrero, p. 2.

–Valencia. En la Real Academia se celebró ayer... Las Provincias, 7 de junio de 1915, p. 2.

 

Notas

[1] Libro de Bautismos de la parroquia de los Santos Juanes, 1857, fol.317
[2] Expediente personal. Archivo histórico de la Universitat de València
[3] Sobre el profesorado de la época puede verse López Piñero, J.M. (2002)
[4] Barberá Martí, F. [resumen de lo dicho por Vicente Carsí] (1915), p. 170. Véase también el original manuscrito de dicho discurso en el Archivo Rodrigo Pertegás, carpeta "Villanueva Esteve, Francisco".
[5] Perales Birlanga, G. (2009), p. 25
[6] Archivo Histórico Nacional, Universidades, 1171, Exp. 25
[7] Navarro Pérez, J. (1996), p. 176.
[8] Villanueva Esteve, F. (1888)
[9] Recogido por Agustín Trigo Mezquita en el discurso necrológico: Barberá Martí, F. (1915), pp. 162-163
[10] Barberá Martí, F. [resumen de lo dicho por José Rodrigo Pertegás] (1915), p. 166
[11] Fresquet Febrer, J.L. (2017), pp. 62-91, 93-100, 129-172, 173-218
[12] Villanueva Esteve, F. (1893)
[13] Barberá Martí, F. [resumen de lo dicho por José Rodrigo Pertegás] (1915), p. 168
[14] Las Provincias, 11 de febrero de 1915, p. 2
[15] Las Provincias, 12 de febrero de 1915, p. 1
[16] Las Provincias, 13 de febrero de 1915, p. 2
[17] Las Provincias, 14 de febrero de 1915, p. 1
[18] Las Provincias, 15 de febrero de 1915, p. 2
[19] Pueblo, 11 de febrero de 1915, p. 1
[20] Pueblo, 12 de febrero de 1915, p. 2
[21] Pueblo, 13 de febrero de 1915, p. 2
[22] Pueblo, 14 de febrero de 1915, p. 2
[23] Entierro del Dr. Villanueva. Pueblo, 15 de febrero de 1915, p. 1
[24] Véase “Crimen (El) de un enfermo. Horrible suceso” (1915), “De Provincias. El entierro del médico…” (1915), Ortega Morejón, L. (1915), “Sección necrológica. En provincias” (1915), “Tragedia en Valencia. Un enfermo hiere al médico. Por telégrafo. Dispara contra su médico y contra sí. Los dos quedan gravísimos… Muerte del enfermo. Pormenores de la tragedia. Estado del médico” (1915), “Tres tiros contra el médico. Luego se suicida” (1915), “Un enfermo contra su médico” (1915).
[25] Barberá Martí, F. [resumen de lo dicho por Agustín Trigo Mezquita] (1915), p. 165
[26] Barberá Martí, F. [resumen de lo dicho por José Rodrigo Pertegás] (1915), p. 168
[27] Barberá Martí, F. [resumen de lo dicho por Vicente Carsí] (1915), p. 169
[28] Barberá Martí, F. [resumen de lo dicho por Vicente Carsí] (1915), pp. 171-172
[29] Barberá Martí, F. (1915), p. 172