Sigismond François Jaccoud (1830-1913)

 

Sigismond Jaccoud nació el 29 de noviembre de 1830 en Ginebra (Suiza), Su padre Jean François, era zapatero, y su madre se llamaba Jeanne Grabielle Marie Haldy. Realizó los primeros estudios y los de música en su ciudad natal. Marchó después a París para obtener el título de bachiller y estudiar medicina. Llegó en 1850 y para su mantenimiento dio clases particulares de música. Se le dio la nacionalidad francesa por decreto el 2 de septiembre de 1862.

Sigismond F. Jaccoud

En 1854 fue externo y entre 1855 y 1861, interno. Fue medalla de oro en 1858. Obtuvo el doctorado en 1860 con la tesis Des conditions pathogéniques de l’albuminurie. En 1862 ya era médico del “Bureau central”. En 1863 obtuvo la agregación con el trabajo De l’humorisme ancien comparé à l’humorisme moderne. Fue enviado a Alemania para estudiar la organización de las facultades de medicina y publicar, a su vuelta, un informe (De l'Organisation des facultés de médecine en Allemagne).

En 1864 fue médico de los hospitales. Pasó por Lourcine, Cochin, Saint Antoine (1867), La Maison municipale de santé (1868) y Lariboisière (1870). En 1866 ocupó la plaza de profesor suplente de Natalis Guillot de patología médica en la Charité. En 1876 fue nombrado profesor de patología médica (segunda cátedra) para sustituir a d’Axenfeld. En 1883 reemplazó a Lasègue tras su fallecimiento, como profesor de clínica médica (cuarta cátedra) en la Pitié. También fue asesor del decano entre 1885 y 1891. Entre 1897 y 1900 siguió dando cursos de clínica en la Pitié y en 1901 fue nombrado profesor honorario. A partir de 1902 fue también médico honorario de los hospitales.

A mediados del siglo XIX Francia dejó de ser el escenario central de la patología y medicina interna. La investigación experimental se realizó en sitios como el Collège de France y el Muséum d’Histoire Naturelle, pero la Universidad no fue capaz de institucionalizar en su seno la investigación. En términos generales se puede decir que el laboratorio estuvo separado de la enseñanza de la clínica y del hospital.

Laín señala que hubo cuatro trayectorias independientes en el desarrollo de la patología y la clínica en Francia entre 1830 y 1848: (a) la que integraron Claude Bernard y sus pocos seguidores, que hicieron laboratorio; (b) los que siguieron el empirismo y la postura antisistemática de la escuela anatomoclínica (por ejemplo, la labor de Laségue); (c) reconocimiento de las contribuciones alemanas y su asimilación en Francia; (d) la incorporación del laboratorio como hizo Charcot, pero para poner al día la patología anatomoclínica.

Podemos ubicar a Jaccoud en la tercera trayectoria, es decir, la de aquéllos que conocieron bien la obra alemana y la difundieron al mundo francés.  Claude Bernard, sin embargo, señaló que Jaccoud y otros como él, como Germain Sée, se equivocaban al pensar que hacían una medicina experimental al seguir a médicos alemanes como Wunderlich. Según él los médicos hospitalarios hacían una amalgama de fisiología y medicina y no podían desarrollar el programa de la medicina experimental relacionando la fisiopatología con la patología, porque les faltaba formación y crítica fisiológica. Sin embargo, sí sabemos que la actitud de Jaccoud y de Sée contribuyó a la transición.

Por ejemplo, Jaccoud en sus Lecciones de clinica médica señala:

"Así, pues, señores, está limitado irrevocablemente al análisis sintomático el papel del médico de la fisiología y patología experimentales; aunque hagan lo que hagan, la enfermedad y el enfermo les son extraños, constituyen el dominio exclusivo de la medicina. Puede acercarse más o menos a él en el curso de sus investigaciones; pero mientras que conserven en absoluto este carácter peculiar, no pueden entrar en él; se hallan en la misma situación que el navegante que está navegando siempre por las costas de una región en que no se puede poner en pie.

Según esto, apreciaréis la esterilidad y peligro de los que pretenden invadir la medicina con las ciencias experimentales. No lo olvidéis nunca: cualquiera que sean los recursos que pueda sacar de estas ciencias, el médico debe acercarse siempre a la cama del enfermo como médico, no como fisiólogo, químico o anatómico, si no, falta a su fin, porque se coloca él mismo fuera de combate".

Pero añade más adelante Jaccoud: ...

"...no soy sospechoso de parcialidad, porque nadie quiere más que yo utilizar sin medida las aplicaciones fisiológicas y experimentales; nadie con más ahinco ha contribuido con el precepto y el ejemplo a la difusión del método de estudio que descansa sobre el análisis e interpretación fisiológica de los fenómenos morbosos".

Jaccoud, conocía bien la medicina alemana. Como hemos visto, fue comisionado en 1863 para estudiar su estructura y funcionamiento, de lo que surgió el informe De l’organisation des Facultés de médecine en Allemagne (1864). Este trabajo viene a ser el reverso del libro que Wunderlich publicó en 1841: Wien und Paris. Jaccoud publicó antes de ir a Alemania la traducción de las obras de Graves (1862) que prologó Armand Trousseau. Esta obra se tradujo al castellano por Pablo León y Luque en 1872 con el título Lecciones de clínica médica de R. J. Graves, precedidas de una introducción del prof. Trousseau. Obra traducida y anotada por el Dr. Jaccoud,... vertida al castellano de la última edicion, y se reeditó en 1878.

Jaccoud reconoció que la medicina alemana había superado ampliamente a la francesa, curiosamente siguiendo el programa de los propios franceses. Los alemanes habían sabido sacar mayor partido a la observación y a la experimentación apoyándose en las disciplinas básicas que comenzaban a tener potentes herramientas. A esto se añadía la fuerte centralización francesa; París era el único centro productor importante de toda Francia, contrariamente a lo que sucedía en el país vecino que contaba entonces con más de veinticinco núcleos muy activos distribuidos por todo el país. El principio que utiliza Jaccoud es el análisis fisiológico y patogénico aplicado a la interpretación de los fenómenos mórbidos. Para conocer bien un síntoma es necesario, según él, conocer los orígenes o condiciones patogénicas posibles del fenómeno; determinar los caracteres diferenciales que presenta según las condiciones diversas que lo provocan con el fin de deducir de estos caracteres el origen mismo del síntoma.

Sigismond Jaccoud asimiló y difundió la medicina alemana no sólo a Francia sino también a otros países, ya que sus obras se tradujeron a otros idiomas. Su Traité de pathologie interne (1869) fue decisivo ya que alcanzó las siete ediciones. También lo fueron las tres series de Leçons de clinique médicale (1867-1884) que también se reeditaron y se tradujeron, como hemos señalado, en otros países.

En el prólogo de las Lecciones de clínica médica, en los principios de la enseñanza clínica señala:

"Sabéis que la patología es la ciencia que estudia las enfermedades; de aquí se deduce para la clínica una definición correlativa de las más sencillas: la clínica tiene por objeto el estudio de los enfermos. ¿Basta esta definición seguramente irreprochable? Bastaría, pero las tendencias de nuestra época obligan a introducir una noción adicional, que debería ser ridículo que la mencionásemos. No es un simple estudio del enfermo, por completo que se le suponga, el objeto de la clínica; es un estudio hecho con el fin determinado y especial del tratamiento".

Para Jaccoud, el conocimiento médico de los fenómenos patológicos es complejo y puede descomponerse en una serie de cuestiones: (a) "Es preciso conocer los caracteres propios del síntoma, es decir, las particularidades que le constituyen y le distinguen de todos los demás; a esto se denomina conocimiento intrínseco absoluto o conocimiento sintomático"; (b) "Es necesario saber todas las condiciones diversas que pueden originar el síntoma; estas condiciones se llaman patogénicas, y, por consiguiente, este grupo constituye la patogenia"; (c) Debemos conocer "las variedades que presentan los caracteres propios del síntoma, según la condición patogénica que le produce, de tal modo, que se puedan descubrir esta condición generadora por la observación de las variedades sintomáticas; este punto es el conocimiento de las relaciones patogénicas"; (d) "Se debe conocer la gravedad del fenómeno; a saber: la gravedad absoluta inherente a la existencia misma del síntoma, y la relativa dependiente de las condiciones que le han producido; este es el juicio pronóstico"; (e) "Es indispensable conocer las indicaciones variables que el fenómeno aporta al tratamiento según su génesis y particularidades; este conocimiento es la terapéutica".

En cuanto al Traité, está dividido en tres partes. "En la primera, que confina con la patología general, estudio los actos patológicos o morbosos, comunes a la mayoría de las enfermedades; en la segunda describo por aparatos, es decir, siguiendo el orden anatomo-fisiológico, las enfermedades con localización fija (enfermedades localizadas); finalmente, consagro la tercera a las que tienen determinaciones múltiples y difusas (enfermedades generalizadas) sin localización precisa o preponderante".

En 1867 Jaccoud fue organizador y secretario general del Congreso Méico Internacional que se celebró en París. En 1873 representó al gobierno en el Congreso Médico Internacional que tuvo lugar en Viena; también lo presidió. En 1876 fue miembro de la comisión superior de las Exposiciones Internacionales. Fue miembro del Consejo General de las Facultades de la Academia de París.

Jaccoud también fue miembro de la Academia de medicina, sección de patología médica, desde 1877. Fue su presidente en 1898 y secretario perpetuo entre 1901 y su fallecimiento. Fue "Commandeur de la Legión d’honneur" y "Offcier de l’Instruction publique".

José L. Fresquet. Profesor titular. Instituto de Historia de la Ciencia y Documentación (Universidad de Valencia - CSIC). Marzo de 2008.

Bibliografía

—Huguet, F. Les professeurs de la Faculté de médecine de Paris. Dictionnaire biographique 1794-1939, Paris, Institut National de echerche Pédagogique - Éditions du CNRS, 1991.
—Laín Entralgo, P., Historia de la Medicina moderna y contemporánea, Barcelona, Científico-médica, 1963.
—López Piñero, J.M., Ciencia y enfermedad en el siglo XIX, Barcelona, Península, 1985.